




El pasado domingo 3 de abril coincidimos Carlos, David, Pedro Rubio, Pedro Gracia y la que esto escribe en el Cross Alpino Cebrereño, una carrera de 22 km que se celebra en la localidad abulense de Cebreros y este año cumple su novena edición. En la prueba participaron 180 atletas, 17 de ellos, mujeres.
El recorrido de esta carrera es bastante exigente, con tres subidas notables y varias bajadas rápidas por terreno “dificultoso”. La carrera se inicia con kilómetro y medio de ascenso “divertido”, en el que no conviene despilfarrar energía con esfuerzos innecesarios. A partir de ese momento, el recorrido intercala continuas subidas y bajadas con algún falso llano. La primera subida importante comienza por una senda con pinos y monte bajo alrededor del km 10 para alcanzar la cota máxima de la prueba (1.208 m). Después de un llanito largo que permite apretar algo más el ritmo, se accede a una pradera en el que la organización dispone un estupendo avituallamiento sólido – choricitos, panceta, morcilla, salchichas, pinchos morunos, fruta, membrillo… La prueba prosigue con una bajada en zetas hacia el río para, enseguida, ascender de nuevo hacia el cerro Castrejón. Se trata de la subida más dura de la prueba por la pendiente y el terreno, que incluye enormes bloques de piedra. La bajada final, de unos 3 km largos, discurre por un sendero “bastante empinado” salpicado de cantos, piedra suelta y escalones de roca. El tramito previo a meta es ya en asfalto y culmina en la plaza del Ayuntamiento de Cebreros.
Para mí, la novatilla del equipo de carreras del club, Cebreros iba a ser mi debut en una media maratón por montaña, por lo que decidí correr con prudencia sin desgastarme en exceso. Mi único objetivo era terminar la prueba con ganas de repetir. Mis sensaciones durante toda la carrera fueron muy buenas. Me sentí potente en las subidas, fuerte en los llanos, algo insegura en las bajadas sin llegar a relajarme. Mi mayor temor era quedarme vacía en la segunda mitad del recorrido, pero llegué pletórica, con energía para algunos kilómetros más al llegar a meta. Me ha encantado ir captando los olores de cada tramo, los cambios de temperatura y humedad, la dureza del terreno, los sonidos, el paisaje, la luz, conforme avanzaba a lo largo del recorrido, algo inusual en mí. Mientras corría por esos montes supe claramente, sin lugar a dudas, que ese es mi lugar, allí quiero entrenar, disfrutar y progresar. Mi corona es la montaña.
Nos hemos traído buenos resultados para el club, con un podio y dos diplomas. Carlos Alcalá (20º Senior, 28º en la general), Pedro J. Gracia (10º Veterano A, 31º en la general), Pedro Rubio (2º Veterano B, 44º en la general), David López (67º Senior, 113 general) y Belén Díez (5ª Veterana, 6ª en la general femenina, 121 en la general).
Belén Díez