X CROSS ALPINO DEL TELÉGRAFO (por Belén Díez)

El domingo 12 de junio nos reunimos unos cuantos compañeros de La Pedriza del Manzanares en el polideportivo de Cercedilla. Mientras unos habían decidido batirse con el MAM, otros optamos por su hermano pequeño, el Cross del Telégrafo, y otros por su hijo recien nacido, el MINI MAM, dónde los hijos de Pedro Rodríguez se subieron al podio (de tal palo...)

El hermano pequeño del MAM es una prueba más corta y explosiva organizada por el club Tierra Trágame. El recorrido, de 17 km con 1600 m de desnivel acumulado, nos lleva desde la localidad madrileña de Cercedilla hacia el Puerto de Navacerrada para volver, de nuevo, a la salida.

Oí hablar de ella en octubre mientras tomaba unas cervezas en Venta Marcelino con un compi de entrenamientos que pertenece a la Organización y me pareció un objetivo inalcanzable en aquel momento, en el que empezaba a corretear por la montaña con más miedo que vergüenza. ¡Diecisiete km por montaña y con ese desnivel! Me cansaba solamente con pensarlo.
Poco a poco, a medida que iba entrenando en la sierra durante el invierno, comprendí que el Telégrafo podría ser una carrera asequible y decidí prepararme para “terminarla” en junio.

Las semanas de entrenamiento pasaron volando, me estrené en mi primera media por montaña en Cebreros en abril y pronto nos metimos en mayo. Ese mes competí en dos carreras cortas “por” montaña, La Tonda y La Jarosa, que me dieron confianza de cara a pruebas más largas. Cerré el mes con el Memorial Fernando García Herreros, la competición más dura hasta ahora, en la cual disfruté subiendo y sufrí en las bajadas mientras las perseguidoras me pasaban zumbando. Literalmente, ¿verdad, Paloma?

El domingo anterior al Telégrafo, se organizó una quedada del Club para repasar o conocer (en mi caso) el recorrido con algunos compis de La Pedriza. Mis sensaciones fueron pésimas y llegué a plantearme no participar en la carrera. Unos días después me diagnosticaron una infección de orina, de modo que tuve que someterme al consabido chupinazo de antibióticos, litros y litros de líquido y calor seco durante dos días para recuperarme lo antes posible. El domingo me levanté un pelín desganada, aunque convencida de querer comerme el Telégrafo, medirme con esas rampitas y disfrutar de la montaña en una prueba clásica de la Comunidad de Madrid. Decidí competir contra mí misma, conseguir mi primera marca en esta prueba, comprobar el resultado de los entrenamientos y disfrutar de la carrera, sin centrarme en la clasificación femenina. ¿Qué importa todo lo anterior si puedes ser dueño de tus actos hoy? © (Dragonkik)

Los participantes del Telégrafo salimos en estampida 50 min después de nuestros compañeros del MAM. Yoli y Mónica se escaparon desde el principio, como dos balas (bueno Yoli, como una moto:O) Tras unos km iniciales rápidos en los que aguanté relativamente bien, no comencé a sentirme cómoda en la subida hasta pasada media hora, justo cuando comenzaba la parte con mayor pendiente. Llevaba cierto miedo a sentirme mal, como la semana anterior. Hice algunos tramos caminando a buen ritmo, otros trotando, avanzando sin dudarlo hacia el Alto del Telégrafo.

La última parte del ascenso es la más dura, con una pendiente acusada y mucha piedra suelta, pero me sentía bien, los cuádriceps no picaban y las pulsaciones iban controladas. Me atrevería a decir que, después del entrenamiento del domingo anterior, la subida en carrera se me hizo “corta” y disfruté muchísimo durante toda la ella, mucho más que en la bajada. Me planté en el Alto del Telégrafo en apenas 1h 3min, cuarta chica en la general femenina…y entonces tocaba lo peor, lo que menos me gusta de la montaña, donde queda aún mucho margen de mejora: el descenso.

Con excepción del tramito inicial, intenté dejarme caer, las piernas iban fuertes y tenía energía de sobra para toda la bajada. Me pasaron una, dos, tres, cuatro mujeres. Dos veteranas y dos senior, entre ellas, la Kamikaze de Matalpino. No me importaba mucho, ya estoy acostumbrada a esas lijaditas, sniff sniff. Sabía que estaba bajando bien, mejor que otras ocasiones, disfrutando del recorrido y el ambientillo, animando a otros corredores que aún subían (para desesperación de Pedro, pobriño). Era consciente de que el Telégrafo se terminaba, cada metro más cerca de la meta restaba segundos a esta edición de la carrera. Los últimos dos o tres kilómetros eran más toboganeros con algún falso llano, y ahí aproveché el pequeño colchoncito que aún conservo de “mis tiempos” de asfaltera. Adelanté a una, dos, tres mujeres, y me sentí bien, confiada, fuerte, veloz (ha ha ha). Podía y quería mantener ese ritmo hasta el polideportivo.

En 1h y 47min pasamos Pedro y yo bajo el arco de meta. Me sentí inmensamente feliz por ese crono y esas sensaciones, con algo de lástima “porque se había terminado mi Telégrafo”. Quería “más”. El Telégrafo es, sin duda, la carrera por montaña en la que más he disfrutado hasta ahora. No salió como había soñado, me faltaron fuerzas en la primera parte de la subida y algo de velocidad en todo el ascenso. He ido mejor en muchos rodajes por la sierra hace algunas semanas. Estoy contentísima con esa quinta posición en la general femenina, pero me quedo con las sensaciones. Creo que corrí bien, fluí, gocé del entorno, fui consciente de lo que estaba haciendo y de lo que quería, sentí que los entrenamientos y el esfuerzo habían merecido la pena y comprobé, una vez más, que es en la montaña donde mi corazón desea estar.

Los resultados del Telégrafo han sido espectaculares para el club, con una primera y segunda posiciones en la general femenina para Yolanda y Mónica, respectivamente. Cuatro mujeres copando los seis primeros puestos de la general femenina, ahí es nada. Los machos pedriceros, dejando el pabellón por todo lo alto, con una fantástica tercera posición en la general para David Galindo. Javier Medrano, primer veterano B, sigue dando guerra allá donde vaya. Javier Cubero, sexto en la general, confirma una vez más que está más cerquita del podio en la montaña … a pesar de las palicillas que se ha metido a lo largo del último mes (Marato i Mitja Castelló-Penyagolosa y Tres Refugios). Agustín Bonilla está cada día más fuerte en las subidas y un día de estos les va a meter un buen susto a los que se creen seguros en los primeros puestos de la general. Si no, al tiempo.

David Galindo, 3º general, 3º Senior
Javier Cubero, 6º general, 6º Senior
Agustín Bonilla, 11º general, 9º Senior
Javier Medrano, 21º general, 1º Veterano B
Daniel Urosa, 23º general, 16º Senior
Ricardo Zamarrón, 24º general, 17º Senior
Carlos Marín, 48º general, 15º Veterano A
Jorge Cortes, 56º general, 32º Senior
Yolanda Santiuste, 58º general, 1ª general femenina, 1ª Veterana A
Mónica Llorente, 67º general, 2ª general femenina, 1ª Senior
Miguel A. Jiménez, 69º general (buen número), 22º Veterano A
Javier F. Deacal, 82º general, 43º Senior
Belén Díez, 117º general, 5ª general femenina , 4ª Senior
Pedro J. Gracia, 118º general, 39º Veterano A
Paloma Mallorquín, 122º general, 6ª general femenina, 5ª Senior
Pedro L. Rosado, 156º general, 79º Senior